López Simón abrió de nuevo la puerta grande y El Fandi paseó una oreja.
Valencia, 14 de marzo. Quinta de feria. Media entrada.
Toros de Zalduendo, bien presentados y nobles pero de muy poca fuerza.
Antonio Ferrera (de azul noche y oro), ovación y silencio con aviso.
El Fandi (de verde manzana y oro), ovación con aviso y oreja tras otro aviso.
López Simón (de azul marino y oro), oreja y oreja con dos avisos.
De las cuadrillas destacó la de Antonio Ferrera.
Media entrada.
Paco Delgado
Fue la tercera corrida del abono un espectáculo para el que no cabe una definición única y concreta. ¿Fue una corrida triunfal? Evidentemente, si se tiene en cuenta que hubo un torero, López Simón, que salio a hombros y otro, El Fandi, paseó una oreja. ¿Fue una función triunfalista? Si por tal se entiende aquella en la que la gente busca el triunfo de un espada,o de varios, por encima de cualquier otra consideración, sin atender a condicionantes técnicos o razones puramente basadas en lo hecho por los toreros ante los toros, no hay más remedio que aceptar que así fue… Para los puristas puede que fuese un tostón, pero para el público hubo diversión y entretenimiento, sin mayores exigencias.
También habrá quien opine que fue un festejo aburrido, si por tal se entiende que la emoción brilló por su ausencia. Y no le faltaría razón a quien así piense. Como tampoco andará errado quien tenga por cierto que hubo toros a los que se les pudo hacer más de lo que se les hizo. O quien crea que hubo diestros que si no sacaron más partido de su lote fue por que el componente animal no dio más de sí. Ni se equivoca quien estime que, por ejemplo, El Fandi dio mucha fiesta a la gente e hizo muchas cosas… en fin, que fue una corrida a la que se puede aplicar como balance una muy sana división de opiniones, que es término muy taurino y actualmente algo en desuso.
Lo bien cierto es que la puerta grande se abrió por primera vez en lo que va de feria y que por ella salió, más contento que unas pascuas. Alberto López Simón, que necesitaba urgentemente un triunfo sonoro y contundente en una plaza de primera y una feria tan importante como esta. Muy decidido y dispuesto dejó dos faenas casi idénticas en las que hubo pasajes de toreo cadencioso y ligado, pasándose muy cerca a sus oponentes pero a las que faltó quizá un poco más de estructura de conjunto. Mató con contundencia y salió en triunfo con toda justicia.
Se lidio un encierro de Zalduendo, bien presentado, noble y embestidor pero con las fuerzas muy, muy justas, lo que provocó que no diesen más de sí.
El Fandi fue a lo suyo, gustó mucho banderilleando y se dejó ir al buen quinto en una labor efectista y vana, mientras que Ferrera se encontró con un primero tan flojo que enseguida se puso a la defensiva y terminó hasta pesado intentando sacar algo positivo con el igualmente flojo y endeble cuarto, al que, por si fuese poco, mató bastante feamente.