En el salón de actos de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir tuvo lugar, el pasado día siete de octubre, una lección magistral a cargo de los picadores, Antonio Montoliu y Francisco Ponz, “El Puchano”.
El acto estuvo presentado por Eduardo Altarriba, presidente de Asabaf, (Asociacion de abonados y aficionados de Valencia), entidad organizadora del acto y moderado y dirigido por el notable periodista Ángel Berlanga.
Una vez más, se hizo patente la reconocida frase, de que no puede haber buenas respuestas, si las preguntas no lo son.
En este caso Berlanga formuló casi un centenar de cuestiones a los picadores Antonio Montoliu, retirado en 2015 y en la actualidad doctor en Veterinaria y Vicerector de la citada Universidad y a Francisco Ponz “El Puchano”, en activo a las órdenes desde hace 17 años del matador de toros francés, Juan Bautista.
Ambos varilargueros hicieron gala de espléndida oratoria y de amplios conocimientos de la materia a la que fueron sometidos.
Puchano por su parte declaró que los cuatro años que estuvo en la cuadrilla de Luis Francisco Esplá, le sirvieron para acabar con la figura del miedo, circunstancia, casi general en todos los toreros. “Un día viendo lo tranquilo que estaba el matador antes de una corrida, pensé”, ¿porqué lo voy a estar yo, si arriesgo menos y estoy montado en un caballo?. Declaración muy celebrada por el numeroso público que llenaba la sala.
En cuanto a Antonio Montoliu, hijo del malogrado banderillero de la cuadrilla de José María Manzanares, Manolo Montoliu, fallecido en Sevilla el día uno de mayo de 1992, y nieto del famoso y reconocido `picador don Manuel Montoliu, enrolado en las mejores figuras de su época, declaró que, tanto su afición, como sus conocimientos, habían sido adquiridos gracias a su abuelo, para quien tuvo palabras de recuerdo y admiración, a la par que recordó varias anécdotas de su paso por el mundo de la tauromaquia.
La velada finalizó, como es habitual con una cena de confraternidad, entre los socios de Asabaf, en la que una vez más la estrella de la reunión fue la genial Lina, que hizo las delicias de los presentes con sus chistes subidos de tono y sus ocurrentes citas.