El matador de toros valenciano Enrique Ponce, impartió ayer en la Universidad Católica de Valencia, una lección magistral con motivo de la XXXVI edición del Curso de Verano de la citada institución.
En la mesa presidencial, el expresidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, en su presentación del acto, se refirió a que ya en Córdoba había tenido ocasión de asistir a la misma disertación, que calificó de extraordinario parlamento.
Camps cedió la palabra al vicedecano de esta Universidad, Antonio Calvo, quien se felicitó por la ocasión que le deparaba tener que hablar de la figura de Enrique Ponce a cuyas órdenes estuvo en su etapa de picador de toros, de la que guardaba un imborrable recuerdo y al que calificó de primerísima figura de la Tauromaquia. Posiblemente dijo, el mejor torero de toda la historia de la Tauromaquia.
Seguidamente Ponce pronunció una extraordinaria conferencia, seguida con gran interés por el numeroso público que abarrotaba el salón de actos, en la que el orador fue interrumpido en varias ocasiones.
En tono de humor le aclaró a Paco Camps, que la conferencia no era la misma de Córdoba. Esta, estaba más actualizada y con matices distintos.
El diestro de Chiva no dudo en calificar la Tauromaquia, como el arte de las Artes y es Cultura como acertadamente dijo Federico Garcia Lorca, cuando la calificó como “La Fiesta más culta del mundo”
Ponce añadió que se trataba de un legado de cultura, por lo que con el tiempo se vino en llamar la Fiesta Nacional de España. Dijo también que la Tauromaquia vá más allá de lo que es una corrida de toros, y que posee una sinergia de profundos conocimientos.
Con un saber profundo sobre la materia, pasó a enumerar a distintos artistas que se han destacado en las Bellas Artes, Escultores, pintores, arquitectos, músicos, literatos, poetas y hasta en la Danza.
Citó a los hermanos Benlliure, Goya, Picasso, Botero, Dalí, Falla, Argenta, Bizet, Cela, Vargas Llosa, Valle Inclán, Blasco Ibañez, Lorca, Paco Brines, Rafael Alberti y un largo etcétera que haría interminable la relación.
De Camilo José Cela, citó la anecdota, en la que él mismo, había manifestado en varias ocasiones, que su máxima aspiración hubiera sido ser torero, pero que sólo pudo ser Premio Nóbel.
Llegado un momento de la extraordinaria disertación, Ponce quiso aclarar ciertos tópicos que han llegado a ser considerados como fundamentales en la Tauromaquia, tales como el “cruzate”, el “pico” y otras falsas afirmaciones, por lo que no dudo en ponerse de pie, avanzar en el estrado y demostrar de una manera física, toreando espléndidamente de salón, entre ovaciones del público, la verdad de lo que estaba manifestando.
Terminó afirmando su amor por la fiesta de los toros. “Nací torero, soy torero y moriré siendo torero”.