El pasado día 3 de junio se cumplió el aniversario del fallecimiento en Bilbao del matador de toros Martín Agüero, que tuvo lugar en 1977.
Enrique Amat
Nacido en Bilbao el día 3 de febrero de 1902, Martín Agüero fue un torero de largo oficio y muy poderoso, que sobresalió por su condición de gran estoqueador. Tanto es así, los aficionados le bautizaron con el título de Rey del Volapié. Tomó la alternativa en Málaga el día 31 de agosto de 1924, de manos de Manuel Jiménez Chicuelo con Luis Fuentes Bejarano como testigo de la ceremonia. Un año después, la confirmó en Madrid. Fue el día el 7 de julio de 1925. En esta ocasión le cedió los trastos Ricardo Anlló Nacional, ante Braulio Lausín Gitanillo de Ricla. Se retiró en Logroño en 1930. Muy vinculado a Méjico, fue cuñado y tío, respectivamente, de los toreros mejicanos Fermín Rivera y Curro Rivera.
En el año 1925 Martín Agüero actuó en la feria de Logroño. Fue este un festejo que estuvo amenizado por la Banda Municipal de Bilbao. Ese día, el coletudo vizcaíno brindó, en euskera, la muerte de uno de sus toros al compositor José Franco Ribate, por entonces director de aquella banda bilbaína. Un músico nacido en la localidad zaragozana de Cariñena aunque muy pronto se afincó en Bilbao. Gran compositor e instrumentador, fue director de las bandas municipales de Bermeo, Irún y Bilbao (en ésta última entre 1924 y 1933). Fundó el Conservatorio Vizcaíno de Música en 1920.
Los músicos y el propio director quedaron sorprendidos por el brindis. Lo fue de una faena que resultó triunfal y por la que al coletudo vasco le premiaron con una oreja, tras haber matado a su oponente de uno de los magistrales volapiés que prodigaba. Y, al devolverle la montera, el maestro Ribate, agradecido por el brindis, se comprometió públicamente a escribir un pasodoble que llevara por título el nombre del espada bilbaíno.
Y así lo hizo, componiendo uno de los pasodobles más solemnes y brillantes de todos los que componen el amplio repertorio de esta especialidad.
Las primeras estrofas del mismo rezan como sigue:
Martín Agüero, mejor torero,
cuando sale a la plaza
no tiene miedo.