¡Arriba el telón! Se abre la puerta de cuadrillas, y la de chiqueros. Y alumbra una nueva temporada: 2018. Esperan tardes de gloria, de tonos grises y, también, de fracasos, que la tauromaquia es todo eso y más. Recuerda: aquí se muere de verdad. No hay teatro; aunque sí luces y sombras. Mentiras las justas, si es que las hay. Verdades todas las que la mente pueda imaginar.
Castellón alza el telón de una temporada donde los jóvenes valores apuntan al ataque. La cantera general se va a hacer notar este año, lo verán. ¿Relevo? ¿Y por qué no compartir? No arrinconemos a nadie, ni a los incombustibles Ponce y Juli; ni a los que fueron luces y ahora aparecen entre sombras. El toro, siempre el toro, hará la clasificación final. Y pondrá a cada uno en su sitio. No lo duden.
Estaremos en ello. Para contarlo. Y mucho más.
¡Que Dios reparta suerte!