Un año más, y van más de veinte, Andy Cartagena ha sido uno de los nombres destacados y uno de los grandes de la especialidad, cumpliendo una temporada brillante. Una campaña en la que el rejoneador de Benidorm ha sido uno de los principales protagonistas, demostrando, a base de trabajo, entrega y sacrificio, que es el suyo uno de los nombres punteros de su escalafón y que su carrera y estilo siguen experimentando una considerable progresión.
Como ya sucediese en las campañas anteriores y desde hace muchos años, también en 2016 Andy Cartagena fue uno de los principales referentes del rejoneo, quedando al finalizar la temporada quinto en el escalafón, a sólo cuatro festejos del líder, Diego Ventura.
De la mano de Julio Fontecha y Alejandro Da Silva, quienes en distintos momentos de su carrera y cada uno por separado, ya habían gestionado con anterioridad su labor, el año de Cartagena fue mucho más brillante que los inmediatamente anteriores, tanto en resultados como en la calidad de su rejoneo. Y en ello el propio rejoneador cree que sus apoderados tienen mucho que ver : “La verdad es que tienen un papel muy importante. Y lo principal es que yo estoy muy a gusto con ellos. Este año se planteó que había que torear más y así ha sido. Ya habíamos estado junto en otras ocasiones y la verdad es que me encuentro muy bien con ellos y en la próxima temporada vamos a seguir juntos”.
Tomó parte en treinta y dos funciones, casi el doble que el año anterior, de las cuáles seis tuvieron como escenario plazas de primera, catorce cosos de segunda y el resto ruedos de tercera, obteniendo un total de sesenta y cinco orejas y tres rabos y saliendo a hombros en veinticuatro ocasiones, no haciéndolo en otras varias por la intransigente postura de algunos presidentes, como en Albacete, donde formó un auténtico lío que no fue tenido en cuenta desde el palco.
Comenzó su temporada en Castellón, en La Magdalena, donde cortó una oreja en un festejo de seis rejoneadores, obteniendo su primer gran triunfo en Valencia, en fallas, abriendo la puerta grande al cortar dos orejas a toros de Bohórquez y tras pasear otro trofeo en Sevilla, donde también una polémica decisión presidencial le privó de un mayor logro, dejó una de sus más pletóricas actuaciones del año en Palavas, donde quiso conmemorar su vigésimo aniversario de alternativa matando en solitario seis toros de Pasanha de los que obtuvo seis orejas: “Sí, las cosas salieron bien desde el principio. En Castellón corté la única oreja en una corrida de seis rejoneadores y en Valencia salí a hombros y me llevé luego el trofeo de la Diputación al mejor rejoneador de la feria de fallas. En Sevilla salió todo muy bien. Fue otra corrida de seis rejoneadores y corté una oreja. Tuve sensaciones muy bonitas. El público de La Maestranza es muy exigente, muy entendido y no es fácil triunfar allí.”.
En Las Ventas sumó una nueva puerta grande, la novena, algo que no todas las figuras pueden decir. No hay muchos matadores que puedan presumir de haber abierto nueve veces la Puerta Grande de la plaza, dicen, más exigente y complicada del mundo: “Imagínate, la de Madrid es una de las plazas que marcan. Llegué con toda la ilusión del mundo y me fui a hombros y con dos orejas. Además, era una ocasión especial porque el año anterior, por distintos motivos, no hubo acuerdo y no estuve en san Isidro, así que este año fui con más ilusión y ganas si cabe y las cosas salieron como yo esperaba”.
Tras salir a hombros en Plasencia, obtuvo otro gran triunfo en Campo Pequeno, dado dos vueltas al ruedo. Pero antes había obtenido otro gran triunfo en Palavas: “Hay que recordar que la de 2016 era mi vigésima temporada como rejoneador de alternativa y quería hacer algo diferente. Y surgió esa posibilidad, que era algo que quería hacer, y lo acepté. Yo creo que fue muy importante. Francia siempre se me ha dado bien, desde que debuté hasta ahora”.
Algeciras, Burgos, Alicante -donde cortó un rabo a un toro de Bohórquez- y Soria sirvieron para redondear un mes de junio triunfal y redondo: “La de Alicante fue otra tarde muy importante para mí, torear en tu tierra, ante tu gente y cortar un rabo, eso es algo muy bonito, con la gente entregada, pidiendo ese rabo con tanta fuerza…”.
Tan sólo dos corridas hizo en julio, en el coso francés de Mejanes, y en Santander, cortando tres orejas en la primera y una en la segunda: “No me acuerdo muy bien ¿cuánto toreé? ¿dos corridas? bueno, las cosas salen así, sí, fue una en Mejanes, en la que corté tres orejas, y otra en Santander, más difícil y complicada y donde me llevé otra oreja”.
Mucho más intenso fue agosto, mes en el que actuó en once festejos, destacando el gran triunfo obtenido en Bilbao, donde fue tenido como uno de los grandes triunfadores de las Corridas Generales. Huelva, Huesca o Cuenca fueron otras plazas de importancia en las que salió a hombros, como también hizo en Albur, en Portugal, Tafalla, Montehermoso, Cuéllar o Ejea de los Caballeros: “Bilbao sí tuvo importancia, llegar a esa plaza, con esa seriedad, con ese nivel y salir con tres orejas, eso es muy grande. En Bilbao, donde estuve nueve años sin ir, llevaba tres años seguidos cortando una oreja sólo, hasta que por fin he podido salir a hombros”.
En septiembre dos fueron las plazas clave: Albacete y Murcia. En el redondel manchego triunfó a lo grande, aunque esta vez sin salir por la puerta grande, y eso que pudo haber cortado el rabo de su segundo astado. Pero desde el palco dijeron no y, con una bronca monumental, el respetable obligó a Cartagena a dar hasta tres vueltas al ruedo entre gritos de torero, torero: “Lo de Albacete son cosas que pasan. Corté una oreja y la gente pedía con muchísima fuerza otra y luego más, pedían hasta el rabo. Pero desde el palco dijeron que no y contra eso no hay nada que hacer. La gente se enfadó mucho y me obligaron a dar hasta tres vueltas al ruedo. Es una anécdota. Son criterios que tienen las personas y no puedes hacer nada”.
Y en Murcia dejó una actuación para el recuerdo, inventándose una faena de menos a más en la que puso la chispa que le faltó a su oponente y conectando enseguida con el tendido. Y en ese plan arrollador cerró la campaña, con dos nuevos triunfos en Zafra y Alba de Tormes, sumando dos nuevas salidas a hombros y dejando claro que se halla en su mejor momento profesional.
En total, ya se ha dicho, treinta y dos funciones, una cifra que, visto cómo están las cosas, no parece mal dato -“Ahora mismo, conforme está la cosa, es muy difícil poder torear mucho más. Se han suprimido muchas corridas que se daban en pueblos o en plazas de menor categoría y eso se nota. Y sobre todo, hay que torear cuando las cosas se vean claras”- y tampoco este año hará campaña americana: “Ir a América es complicado a hora mismo, hay que trasladar a los caballos y eso también encarece mucho todo. Si no vas para hacer una temporada larga, no compensa”.
En 2016 reforzó su cuadra con cinco nuevos caballos que respondieron a la perfección y que le permitieron cumplir este gran ejercicio: “Casi todos los caballos que he usado han sido nuevos. Yo destacaría a Cuco, que es el más veterano, a Solysombra, que lo he utilizado para banderillas, a Cupido, hijo de Pericalvo, que va a ser un caballo muy importante, a Iluso, un caballo de mi hierro, hijo de Fandi, con mucho poder, a Humano, que es un caballo diferente a todos, a Pintas, que ya lo saqué el año pasado para el último tercio y llega mucho a la gente, a Picasso, que debutó en Bilbao, a Mediterráneo, que utilizo de salida… son caballos que se identifican mucho conmigo”.
Y para el año que comienza, ya hay nuevos nombres en su cuadra: “Está Apolo, hijo de Magno, otro para salida, que todavía no tiene nombre, y otro albino, para banderillas, que tampoco tiene nombre aún pero que veo que tienen grandes posibilidades”.
A lo largo de estos años se ha visto una permanente y constante evolución en su quehacer, algo ya muy palpable en esta última campaña: “La verdad es que intento mejorar día a día. Mi techo está todavía alto y trabajo por alcanzarlo, me levanto cada día con esa ilusión, trabajo mucho por ello y para buscar nuevos caballos que me permitan hacer lo que quiero y, sobre todo, disfrutar en la plaza”.
Ya con la vista puesta en el nuevo curso, sigue entrenado día a día con la misma ilusión que cuando empezaba: “¿Planes? Torear donde me llamen, estar en todas las ferias, aunque eso lo dejo en manos de mis apoderados. Yo lo que quiero es seguir disfrutando toreando a caballo”.